Reglas claras para la inversión

El pasado martes 19 de marzo, la asociación civil Hermosillo ¿Cómo Vamos?, en conjunto con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) lanzaron un proyecto denominado ‘Coalición ciudadana para la mejora regulatoria’. Uno de los objetivos principales es mejorar los niveles de competitividad de Hermosillo y Sonora a través de la articulación de propuestas de políticas públicas para los gobiernos municipal y estatal.

Algunos de los resultados esperados con la implementación de esta agenda incluyen la reducción de los tiempos de espera en los trámites que realizan las empresas, actuales y futuras, ante los gobiernos municipal y estatal. Asimismo, mejorar en los indicadores de desempeño económico y financiero sin menoscabo del bienestar y la calidad de vida que debe privilegiar la gestión pública.

Una situación importante a considerar son los procesos de relocalización que se viven en este momento a nivel mundial. Fenómenos como el nearshoring implican el estar preparados para la captación de inversiones de distintas partes del mundo, principalmente aquellas que se estarían desplazando desde Asia y habrían de buscar cercanía a los Estados Unidos. Ello representa una posibilidad donde es necesario tener reglas claras y métodos eficientes en cuanto a los procesos de apertura de negocios en nuestro estado.

Una de las bases del comercio internacional es partir de acuerdos igualitarios entre los participantes. Si partimos de posiciones discriminatorias donde se privilegia la participación de unos actores sobre otros y, así, aplicamos reglas desiguales que se materializan en leyes y procedimientos a modo, ello se convierte en una barrera comercial y por tanto nos enfrentamos a inhibidores del comercio. Sin embargo, esto no implica que, por el contrario, debamos partir de perspectivas laxas donde no se defiendan derechos laborales, medio ambientales y sociales, por mencionar algunos, o en las que se reduzca la recaudación gubernamental que permite el funcionamiento de actividades necesarias para el bienestar social. Lo anterior nos brinda un panorama del por qué cada componente de la mejora regulatoria debe analizarse con detenimiento, pero a la vez sin pausa porque el tiempo apremia.

Otro aspecto para destacar es que, en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se incluye el capítulo 28 de ‘Buenas prácticas regulatorias’ donde se señala que con estas se “puede facilitar el comercio internacional, la inversión y el crecimiento económico, al tiempo que contribuye a la capacidad de cada Parte para lograr sus objetivos de política pública”. Asimismo, menciona que “la aplicación de buenas prácticas regulatorias puede apoyar el desarrollo de enfoques normativos compatibles entre las partes y reducir o eliminar requisitos regulatorios innecesariamente gravosos, duplicados o divergentes”.

Lo anterior se convierte en un punto de partida importante en el que, desde un tratado comercial firmado por nuestro país, se busca cooperar entre los participantes para promover el comercio y la inversión. En este capitulado se reconoce la incorporación de actores no gubernamentales como asesores para mejorar el diseño de políticas públicas y, al igual, para revisar el impacto de estas en los diversos sectores de la población.

Hablar de mejora regulatoria no es simple. Implica abordar el tema desde muy variadas aristas y buscar embonar elementos que, por su naturaleza, no necesariamente son afines. Los activistas, empresarios, integrantes de colegios de profesionistas y académicos que conforman este proyecto se verán inmersos en amplios debates que serán por demás interesantes y, en semanas próximas, habrán de decantar en la conformación de una agenda que contenga sus acuerdos. Tendremos que estar atentos a los resultados.

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