La UNAM lamentó la virtual desaparición de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) debido a que significará un retroceso del Estado mexicano en su labor para enfrentar los desafíos ambientales, lo que pondrá en riesgo el capital natural del país, expresó el rector Leonardo Lomelí Vanegas.
Hace un par de semana la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) envió a la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) un proyecto de decreto para reformar su Reglamento Interior e integrar a la Conabio en su estructura sólo con el nivel de dirección general. Esta podrá encargarse de la elaboración y la emisión de estudios, análisis, diagnósticos y evaluaciones, previa autorización del titular de aquella dependencia, ya sin autonomía de gestión ni presupuesto propio.
Es decir, más y más centralización y austeridad. La eliminación de la Conabio para su integración en la Semarnat ha sido una ambición del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador prácticamente desde el inicio de su gestión. Las medidas que el gobierno federal ha tomado para ello incluso forzaron la renuncia, en agosto de 2022, de José Sarukhán, exrector de la UNAM, a la titularidad de esa Comisión, la que había encabezado y fortalecido durante 30 años.
La integración de la Conabio como una simple dirección general de Semarnat ha generado muchas expresiones de repudio. Apenas el miércoles pasado en el Senado de la República la legisladora panista María Guadalupe Saldaña Cisneros presentó un punto de acuerdo para que esa decisión sea rechazada y que la Comisión sea fortalecida.
En ese contexto este viernes Lomelí Vanegas, en una carta dirigida a Alberto Montoya Martín del Campo, titular de la Conamer, expresó el rechazo de la máxima casa de estudios del país al proyecto de integrar la Conabio a la Semarnat.
Así, el rector escribió que la UNAM “lamenta el decreto emitido por el Gobierno de México, a través del que se reforma el reglamento interior de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, por el que se acotan las atribuciones del grupo operativo que lleva a cabo las funciones de la Conabio, lo cual limita las actividades de ese grupo especializado y que se ha conformado a lo largo de más de tres décadas, al integrarlo a la estructura de una sola Secretaría”.
Además, el rector manifestó que esa medida “significará un retroceso en la capacidad del Estado para abordar los desafíos ambientales y adaptarse a las fluctuaciones políticas”, debido a que se dificultará la realización del trabajo intersecretarial que ha desarrollado la Conabio.
Con ello, consideró Lomelí Vanegas, se pone “en riesgo el gran valor del capital natural de México y que la toma de decisiones para el desarrollo sostenible del país se lleve a cabo de manera informada”.
En varias ocasiones el gobierno federal ha mostrado su política abiertamente antiambientalista, como su respaldo a la generación de energía con con combustibles fósiles y la devastación ecológica que han causado sus obras emblemáticas, como el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas.